sábado, 3 de marzo de 2007

Rebuzcar Aceitunas

En aquellos tiempos de tanta escasez rebuscar aceitunas era un gran alivio para nuestras maltrechas economías.
A veces lo hacia solo uno mismo, otra acompañado de algún vecino o amigo. Todo consistía en prepararte una buena cesta de cañas o de mimbres y una talega con tu almuerzo, eso si un poquito escasa pero que a ciertas horas de la mañana o al medio día era un exquisito manjar, que le daba tres patadas a la comida basura de hoy en dia que te dan en las hamburgueserías.¡Que simple era el menú! un par de sardinas fritas que frías estaban exquisitas, otras veces peces fritos de la ribera, que le comprábamos al TIO RIFLE, otra una tortilla de papas con su poquito de cebolla que debajo de un olivo te sabia a gloria Y cuando podías, por que eso era un lujo, un poquito de morcón, otras veces un buen tocino de beta y si era morcilla lustre. ¡Inenarrable! esos son momentos que tengo grabado en mi celebro.
Volvamos al rebusco, pues con estos pobres y exquisitos manjares he perdido la noción de lo que aquí me ocupa. Todo consistía en entrar en un olivar, que ya hubiera sido apañado, y si tenias suerte que no hubiera entrado nadie antes que tú te podía ir bien. Entonces cogías unos cuantos quilitos que después llevaba al molino junto con las que ya guardabas en tu casa. Después tenías dos posibilidades o cambiarlas por aceite o bien por dinero.
El pacto con mi madre consistía en que las primeras se cambiaban por aceite para hacer los prestiños las perrunillas, los gañotes ó los roscos. El resto se cambiaba por dinero, que también era para mi madre pero ella me daba para la nochebuena. Con esas pesetas junto con la de mis amigos nos permitía comprar vino en el TABLÓN y alguna botella de aguardiente de Zalamea o anís dulce de la Asturiana, cuya botella con un palo la utilizábamos de carrañaca. Después una buena pellica de una liebre y hacer una buena zambomba ,Finalmente nuestra hombrada consistía en poder aguantar toda la noche y que no tuvieran que llevarte a la cama. Ya estaba todo preparado para cantar las canciones de navidad, las viejas y las que inventábamos nosotros referente a personas o piques con otras calles, después íbamos a visitar casas y zambombeos donde siempre alguna copita o dulce nos ofrecían.
Como veréis para todo esto daba el rebuscar pero ¡que tiempos tan inocentes! Donde existía la pobreza, pero limpia sin drogas y sin maldad.
Fontenla

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.